Lo ví aquí.
Incluso sin aspirar a llegar a el fondo, están adheridas muchas líneas argumentales sin que haya una decisión materialista de imponer una organización y de lograr, como efecto paralelo, resolver las cisuras. Sin escarmenar los entreverados hilos emocionales, se asoman fácil la pertinencia de la amplitud, la física de el contacto (con la anécdota incrustada), la identificación polar de la cualidad entre el orgullo y el oprobio infundado, la alegría potenciadora y sus manifestaciones ética y estética y la solitud en un mundo imprevisto. Menos ahora que se han escarbado, podría decidir enfocar uno sólo, y me indico la salida preferente que pasa por reencauzar tales fantasmas hacia la luz y dejarla inundar el horizonte. Solo queda clamar, digamos desde ahora: festejar, por la idoneidad de el parelelo en más de varios aspectos.
La imagen invoca heterodoxias, el ángulo y la composición parecen dirigirse a el negativo, pero la geométrica reconduce las percepciones y organiza la escena, incluso balancea las masas y perfecciona el conjunto; también destaca el halo que santifica el objeto.
