Lo vi aquí.
Cofre es a tesoro lo que toda la compactación de periodos de tiempo, escalas emocionales, procesos sucesivos y resultantes, causas identificables y consecuencias contingentes, antropoformación de idearios compartidos, y la inasible inexplicable incomprensible inefable esfera iridiscente en que se habita cuando se sintoniza la comunión, es a tal ícono. Su presencia, sin ser en sí lo que es sino siendo el potencial de todo lo que puede ser, exhala una aura que en la complejidad de sus matices y multiplicidad de aristas me halla tanto como me pierde y modifica el entorno signando lo perceptible tanto hacia el polo positivo como a la manifiesta incongruencia. En ese contexto la apreciación de la figura hiende el entramado especulativo en resonancia con la sintonía emotiva, la convulsa generada refleja una situación compresible que es apenas una posibilidades de tantas incomprendidas. Veo la inocencia corrupta atesorando lo incomprensible, reflejando la ausencia de un brillo disipado.
Y la imagen es eso mismo, haciendo coincidir la luz muy bien captada.